Una fe de conquista

Por Claudio Friedzon.

La vida cristiana comienza con la fe. Creemos que Jesús es el Hijo de Dios, que fue levantado al tercer día de entre los muertos y que en su victoria fueron perdonados nuestros pecados. Si lo creemos y lo confesamos, entonces las puertas de los cielos se abren para darnos la eternidad.
Dios nos quiere introducir a una vida de abundancia y que en cualquier circunstancia experimentemos la plenitud y el gozo.

Un gozo a prueba de calabozos
Así lo vemos en la vida de Pablo, que algunas de sus cartas motivadoras, fueron escritas desde la cárcel. Él era privado de su libertad física por causa de su fe y obra, pero desde las húmedas y oscuras celdas, nos desafiaba a nosotros a permanecer en fe y en alabanza a Dios por sobre cualquier circunstancia que nos toque vivir. Sus palabras eran “Estad siempre gozosos” (1 Tes. 5:16) y sin embargo su situación no era la más cómoda. ¿Cómo era posible esto? Porque su corazón no estaba en las carencias, sino en Jesús.
¡Dios te quiere introducir a una nueva dimensión de seguridad y de propósito! El Señor quiere bendecirte! Tu destino es un destino de bendición porque tienes en tu vida al que ES bendición (Efesios 1:3).
Y esa meta que tienes por delante, se está acercando mientras el alfarero trata contigo. Todos estamos siendo moldeados. Pero ¿Cuánto tiempo pasas en el taller del Maestro?
Este es un mensaje de perseverancia, donde Dios te alienta a creer y a permanecer firme.

La fe de Dios
La fe de Dios es la que nos permite poseer todo lo que tiene preparado para nuestras vidas, es la seguridad y la esperanza que nos afirman y re direccionan nuestra mirada hacia el Señor. Él no se ha olvidado de ti!
Pero hasta que veas tu esperanza hecha realidad, no permitas que la incredulidad apague tu fe. Aunque es difícil, permanece firme en la espera porque se está por soltar!

Cuando la razón no alcanza las promesas
En Números 14 vemos la antesala de lo que estaban por poseer. La gran promesa dada a Abraham se estaba por hacer realidad (Génesis 12:2-3). Sin embargo, la mayor parte del pueblo solo divisaba los problemas.
Si leemos el final del capítulo 14 del libro de hoy, veremos que la declaración de Dios es muy fuerte. Los 12 espías habían analizado durante 40 días la tierra prometida. 10 se preguntaban si podrían conquistarla, pero solo Josué y Caleb creían en que, de la mano de Dios, la victoria ya era una realidad.
El Señor se asombraba de la incredulidad luego de haberlos hecho pasar en seco por el mar Rojo, de haber recibido milagrosamente el maná del cielo y vivir de milagro en milagro. Y los que desconfiaron de Dios no pudieron llegar a la tierra prometida.
¿Con quienes me identifico en mi vida espiritual? ¿Con Josué y Caleb o con el resto? ¿Cómo reacciono frente a las batallas de la vida? Dios quiere que encuentres la plenitud en cada área de tu vida, pero debes permanecer en fe hasta el fin.

La fe nos recuerda la fidelidad de Dios.
La fe de Dios me hace recordar que Él nunca nos falla. Y si vemos la historia del pueblo de Israel, Esos gigantes que dominaban la tierra de la promesa, fueron destruidos. Dios humilló a sus enemigos una vez más. Josué y Caleb, triunfaron primero en fe y luego cruzaron el río Jordán en confianza, logrando la victoria.
La fe no mira los inconvenientes sino a Dios. En el capítulos 13:27-33 observamos que ellos veían más a los gigantes que al poder de Dios. Se creían langostas por el temor que tenían. Pensaron que el Señor los había llevado hasta allí para morir, mientras que la meta de Dios era conducirlos a una victoria, humanamente imposible pero fácil para él.
Vivimos en un mundo tan racional que vamos perdiendo la confianza en Dios y en sus promesas. Sin embargo Él es real y conoce tu corazón profundamente. Dios está contigo. Y lo que tienes que hacer es solo creerle y avanzar en obediencia.
La fe declara, que aunque no sepamos cómo se va a cumplir la promesa, estamos confiados en que ya es un hecho. Como Dios lo hizo en el tiempo de Josué, también es el mismo que hoy va a derribar a tus gigantes!

El dolor de Dios
Pero el pueblo no le creía al Señor y esto le dolió.
¿Cómo actúa la fe? Esta se alinea con las Escrituras. El apóstol Pablo dice en 2 Corintios 4:13 que primero creyó y por lo cual, habló. En Marcos 11:23-24 Jesús mismo declaró que Dios ha puesto una fe milagrosa en ti. Todo lo que digas, será hecho.
Pero ¿qué hablan tus labios? Regularmente ¿te bendices o resaltas tus fallas? Pues lo que digas, será hecho. Cuando tengas la tentación de maldecir o maldecirte, declara lo contrario. Aunque estés en una prueba ¡declara bendición y victoria! ¡Tus palabras tienen poder!
Dios llamó las cosas que no eran reales, como si ya se pudieran tocar y estas se cumplieron.
En Romanos 10:9 también se resalta la declaración en fe. Lo que crees en tu corazón, aunque no lo veas, decláralo porque un día lo vas a ver! Dios quiere que declares bendición sobre tu familia y sobres tus peores temores. No sabemos como Dios hará todas las cosas, pero Él te ha elegido para que veas su gloria en tu vida!!
El plan está en marcha. Dale tiempo a Dios, déjalo actuar y sigue adelante. La fe decreta lo que el Señor dice.

¿Cómo actúa la fe?
1) La fe reconoce la fidelidad Dios en el pasado. Las batallas ganadas.
2) La fe decreta las palabras de la Biblia y se hacen reales en tu vida.
3) La fe quita los ojos de ti mismo y de los problemas para ponerlos en Dios.

En 2 Corintios 1:20 nos enseña que todas las promesas de Dios son sí y Amén. Lo que el Señor declara, se cumple.

Por tanto, recuerda la fidelidad de Dios en tu propia vida, de donde te ha sacado y todo lo que has avanzado para bien. Declara bendición sobre ti, tu familia, tu trabajo y también victoria hacia tus gigantes. Porque aunque parezca imposible de resolver, en Dios todo es “Sí y Amén”!
Que tus palabras sean una declaración de fe en lugar de quejas y murmuración. Dios te quiere renovar con esperanza para que permanezcas a pesar de las circunstancias.

Tal como Josué y Caleb, pon tu mirada en el Señor, en su poder y su amor y avanza con fe. Dios no se ha olvidado de lo que te ha prometido!!!

Preguntas de reflexión:
1. ¿Es posible estar contento en todo tiempo?
2. ¿Cómo actúa la fe? ¿Y las palabras?
3. ¿Te identificas con Josué y Caleb? ¿O resaltas las fallas sin confiar en la mano de Dios?
4. ¿La incredulidad, le duele a Dios?

Su Tesoro Escondido

El sembrador salio a sembrar...

Usted tiene en su interior un tesoro que puede tranformar el mundo, que puede cambiar el destino eterno de alguien y llevarlo al cielo y salvarlo del infierno. Es un tesoro que puede transformar la pobreza en prosperidad, la enfermedad en salud, la tristeza en gozo. Usted tiene la Palabra todopoderosa de Dios.

No la guarde para sí mismo. Siémbrela dondequiera que vaya. Siémbrela en los corazones de las personas que se encuentre en la vida. Comuníquela en toda oportunidad que tenga.

Usted quizá diga: "Pero no sé cómo".

Entonces, empiece a aprender. Los pasos siguientes le servirán de guía.

Primero: tome la decisión. Decida que va a hablar de la Palabra a otros, cueste lo que cueste. Decida que esto es lo más impor¬tante que usted hará. Sea firme en su decisión. Una vez que lo haya hecho, encontrará que el resto es más fácil.

Segundo: Prepárese. Medite en la Palabra cada día. Pida al Espíritu Santo que ministre a su corazón; eso le ayudará a ministrar mejor a otros y le hará sensible a la voz del Espíritu Santo. El le ayudará a saber qué decir en cada situación.

Tercero: Permanezca en la fe. Una vez que haya testificado de la Palabra a alguien, confíele a Dios los resultados. La Palabra de Dios no vuelve vacía. Aunque la gente parezca indiferente y aunque le parezca que la Palabra no tiene efecto, no deje de creer y confiar. Su fe mantendrá esa Palabra viva en ellos y con el tiempo hará su obra transformadora.

Usted tiene en su interior un tesoro que puede transformar el mundo, ¿qué va a hacer hoy con ese tesoro?